A buen juez, mejor testigo
Autor: | José Zorrilla |
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EAN: | 9788498169928 |
eBook Format: | ePUB |
Sprache: | metaCatalog.groups.language.options.español |
Produktart: | eBook |
Veröffentlichungsdatum: | 31.08.2010 |
Kategorie: | |
Schlagworte: | Alatriste Doña Inés España Flandes Inés Romanticismo Teatro Zorrilla don Juan largo me lo fiáis linkgua matrimonio prometidos |
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A buen juez mejor testigo, de José Zorrilla, empieza en las afueras de Toledo.Ante un Cristo enclavado en un madero, la bella Inés de Vargas hace jurar a Diego Martínez, que a su vuelta de Flandes, la desposará. Pero pasan tres años y Diego no vuelve. Regresan varios hombres de Flandes, y entre ellos Inés cree avistar a Diego, que no la reconoce. Resulta que Diego ha sido hecho capitán por el rey, y los humos se le han subido a la cabeza, y porfía que en ningún momento prometió casarse.
José Zorrilla y Moral (Valladolid, 1817-Madrid, 1893)Tras estudiar en el Seminario de Nobles de Madrid, fue a las universidades de Toledo y Valladolid a estudiar leyes y poco después abandonó los estudios y se fue a Madrid. Las penurias económicas le hicieron a vender a perpetuidad los derechos de Don Juan Tenorio(1844), la más célebre de sus obras. En 1846, viajó a París y conoció a Alejandro Dumas, padre, George Sand y Teophile Gautier que influyeron en su obra. Tras una breve estancia en Madrid, regresó a Francia y de ahí, en 1855, marchó a México donde el emperador Maximiliano lo nombró director del teatro Nacional. Publicó un libro de memorias a su regreso a España.
José Zorrilla y Moral (Valladolid, 1817-Madrid, 1893)Tras estudiar en el Seminario de Nobles de Madrid, fue a las universidades de Toledo y Valladolid a estudiar leyes y poco después abandonó los estudios y se fue a Madrid. Las penurias económicas le hicieron a vender a perpetuidad los derechos de Don Juan Tenorio(1844), la más célebre de sus obras. En 1846, viajó a París y conoció a Alejandro Dumas, padre, George Sand y Teophile Gautier que influyeron en su obra. Tras una breve estancia en Madrid, regresó a Francia y de ahí, en 1855, marchó a México donde el emperador Maximiliano lo nombró director del teatro Nacional. Publicó un libro de memorias a su regreso a España.