Cuentistas de Uruguay

Fuente: Wikipedia. Páginas: 32. Capítulos: Mario Benedetti, Horacio Quiroga, Osiris Rodríguez Castillos, Armonía Somers, Juan Carlos Onetti, Jules Supervielle, Felisberto Hernández, Mario Levrero, Mario Arregui, Carmen Posadas, Cristina Peri Rossi, Serafín J. García, Carlos Martínez Moreno, Nelson Barreiro Gougeon, Juan José Morosoli, Julio César Castro, Yamandú Rodríguez, Francisco Espínola, Ricardo Prieto, Javier de Viana, Wenceslao Varela, Hugo Fontana, Mauricio Rosencof, Enrique Amorim, Gerardo De Oscar, Mario Delgado Aparaín, Enrique Estrázulas, Julio Ricci, Tomás de Mattos, Tarik Carson, Wimpi. Extracto: Horacio Silvestre Quiroga Forteza (Salto, Uruguay, 31 de diciembre de 1878 ¿ Buenos Aires, Argentina, 19 de febrero de 1937), cuentista, dramaturgo y poeta uruguayo. Fue el maestro del cuento latinoamericano, de prosa vívida, naturalista y modernista. Sus relatos breves, que a menudo retratan a la naturaleza como enemiga del ser humano bajo rasgos temibles y horrorosos, le valieron ser comparado con el estadounidense Edgar Allan Poe. La vida de Quiroga, marcada por la tragedia, los accidentes de caza y los suicidios, culminó por decisión propia, cuando bebió un vaso de cianuro en el Hospital de Clínicas de la ciudad de Buenos Aires a los 58 años de edad, tras enterarse de que padecía de cáncer de próstata. Horacio Quiroga fue el primer hijo del matrimonio de Prudencio Quiroga y Pastora Forteza. En el momento de su nacimiento, su padre había sido, por dieciocho años, el Vice-Cónsul argentino en Salto. Antes de cumplir dos meses y medio, el 14 de marzo de 1879 su padre murió al dispararse accidentalmente con una Barret calibre 50 que llevaba en la mano. Horacio Quiroga a los 19 años, frente a su casa natal de Salto Uruguayo.Hizo sus estudios en la capital uruguaya hasta terminar el colegio secundario. Estos estudios incluyeron formación técnica (Instituto Politécnico de Montevideo) y general (Colegio Nacional), y ya desde muy joven demostró un enorme interés por la literatura, la química, la fotografía, la mecánica, el ciclismo y la vida de campo. A esa temprana edad fundó la Sociedad de Ciclismo de Salto y viajó en bicicleta desde Salto hasta Paysandú (120 km). En esta época pasaba larguísimas horas en un taller de reparación de maquinarias y herramientas. Por influencia del hijo del dueño empezó a interesarse por la filosofía. Se autodefiniría como "franco y vehemente soldado del materialismo filosófico". Simultáneamente también trabajaba, estudiaba y colaboraba con las publicaciones La Revista y La Reforma. Poco a poco, fue puliendo su estilo y haciéndose conocido.