Cuentos reunidos

Entre lo onírico, lo fantástico y lo siniestro, los cuentos de Adela Fernández oscilan dando voz a fantasmas, a seres que se metamorfosean o se duplican, a personajes rechazados, sometidos o maniáticos. En Cuentos reunidos, volumen conformado por los libros Duermevelas (1986) y Vago espinazo de la noche (1996) y prologado por Jazmín G. Tapia Vázquez, los límites de la realidad, la exploración de la muerte y la crueldad humanas, la magia, la creencia y la superstición acentúan el paradójico juego de encubrimiento que la autora otorga a la falta de comunicación, la soledad, el abandono y el desamor que surgen de manera destructiva donde lo familiar se enturbia y llega a finales trágicos.

Adela Fernández (Ciudad de México, 1942-2013) fue cuentista, dramaturga, ensayista, así como guionista y directora cinematográfica. Su infancia estuvo marcada por la llamada Época de oro del cine mexicano y por la educación autoritaria de su padre, Emilio 'El Indio' Fernández; se interesó por la antropología, el indigenismo y la mitología desde muy joven. En sus textos plasmó la fascinación por los fenómenos de carácter mítico, mágico y ritual; recorrió muchas comunidades indígenas trabajando para el Instituto Nacional Indigenista, este acercamiento quedó plasmado en algunos de sus cortometrajes, también consideró el arte culinario como sinónimo de cultura e investigó las recetas, ingredientes y rituales tradicionales de varios estados de México para su libro La tradicional cocina mexicana. Conjugó su pasión por la cocina y su afición por las tradiciones en Sabrosuras de la muerte, donde abordó el viaje de los muertos según las creencias prehispánicas.