A principios de 1937, Manuel Azaña se ve obligado a recluirse en la sede del Parlamento catalán a causa de una revuelta interna republicana. Durante esos días escribe La velada en Benicarló, su testamento político publicado en 1939 simultáneamente en París y Buenos Aires. Consciente de que la guerra civil está ya perdida, Azaña busca sus causas en la identidad española y realiza un certero y brillante análisis sobre los errores cometidos por ambos bandos. Al mismo tiempo, lanza un canto en favor de la paz, consciente de que la violencia bélica hipotecará el desarrollo de España durante los siguientes 50 años. Esta edición, conmemorativa del 80 aniversario de la República y del 75 del inicio de la guerra civil, incluye un apéndice gráfico sobre la vida del propio Azaña.

Manuel Azaña (Alcalá de Henares, 1880 - Montauban [Francia], 1940) Fue político, periodista y escritor, galardonado en 1929 con el Premio Nacional de Literatura por su biografía La vida de Juan Valera. Su obra más conocida es La velada en Benicarló (1939), una reflexión sobre las causas y desenlace de la guerra civil española que supone su testamento político. Huérfano de padres, estudió Derecho interno en los agustinos de El Escorial, período que rememoró en su novela El jardín de los frailes (1927), y se licenció en la Universidad de Zaragoza con la calificación de sobresaliente, la misma que obtendría al doctorarse. Miembro de la Academia de Jurisprudencia desde 1899, en febrero de 1911 anunció su ideario político con la conferencia El problema español, donde ya establece la relación inseparable entre democracia y cultura. En 1912 es elegido secretario del Ateneo de Madrid y se afilia al Partido Reformista de Melquíades Álvarez. Sus fracasados intentos por salir diputado en 1918 y 1923 le permiten desarrollar su vocación como crítico y escritor; de esa época son las colaboraciones periodísticas recogidas en Plumas y palabras (1930), La novela de Pepita Jiménez (1927), Valera en Italia (1929) y el drama La Corona (1930). Con el golpe de Estado de Primo de Rivera abandona en 1923 el Partido Reformista, un año después de declara abiertamente republicano y en 1925 funda Acción Republicana y es elegido presidente del Ateneo. Proclamada la Segunda República, asume la cartera de la Guerra y en octubre de 1931 reemplaza a Alcalá Zamora en la presidencia del Gobierno, cargo en el que permanecerá hasta 1933 y al que regresará en 1936, ya como principal impulsor del partido Izquierda Republicana. Poco después asume la presidencia de la República.