La filosofía como arma de la revolución
Autor: | Louis Althusser |
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EAN: | 9786070312878 |
eBook Format: | ePUB |
Sprache: | metaCatalog.groups.language.options.español |
Produktart: | eBook |
Veröffentlichungsdatum: | 01.01.2023 |
Untertitel: | Respuesta a ocho preguntas |
Kategorie: | |
Schlagworte: | El capital Estado Filósofos franceses del siglo XX Karl Marx comunismo estructuralismo ideología marxismo marxismo científico revolución teoría-praxis |
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No es exagerado afirmar que Louis Althusser fue el filósofo comunista más célebre de la Francia del siglo xx. Tanto su profesión como sus inclinaciones políticas lo condujeron por caminos más que originales en su intento por comprender la trascendencia del pensamiento de Karl Marx, al que colocaba en un lugar destacado de la historia de las ideas. Para Althusser, el autor de El capital habría fundado una nueva ciencia, tan trascendente como la matemática iniciada por Tales de Mileto o la física de Galileo, y a la vez una nueva filosofía, a la altura de la de Platón o de Descartes. Este libro reúne cuatro de sus acercamientos a la tensa relación entre teoría y práctica, entre reflexión y lucha, en un esfuerzo por establecer las coordenadas fundamentales de la filosofía marxista, concebida como una 'teoría de la producción de conocimientos'.
Sabedor de que sus conclusiones eran provisionales y estaban destinadas a ser rectificadas, su trabajo analítico tuvo y aún hoy tiene una gran repercusión en los debates teóricos marxistas, quizá por su capacidad para reverberar en numerosas disciplinas y, cosa más notable, en la actividad política concreta. Su deseo de conciliar la acción y el pensamiento lo llevó a considerar la filosofía como un arma de la revolución, lo mismo en el plano epistemológico que en el de la realidad social. En estas páginas se ocupa asimismo de la naturaleza de las ideologías y de cómo los aparatos del Estado las encarnan. Con rigor y claridad de exposición, Althusser polemizó a menudo como método de reflexión, poniendo en práctica lo que pregona en este volumen: 'En filosofía ocurre como en política, sin crítica no hay rectificación.'
Louis Althusser nació en Argelia en 1918. Estudió en Marsella, Lyon y París, donde pasó por la Escuela Normal Superior; se doctoró tardíamente en la Universidad de Amiens, en 1975. Veinteañero, se incorporó al ejército francés y fue capturado por la Alemania nazi, que lo recluyó en un campo de prisioneros, donde se manifestaron los problemas psiquiátricos que lo atormentarían toda su vida. Estudió el pensamiento de Rousseau, Montesquieu, Maquiavelo y, sobre todo, Marx, cuya obra de juventud le pareció siempre de menor rango. Sus trabajos se ocuparon de la condición histórica del sujeto, la naturaleza de las ideologías, las tensiones entre ciencia y filosofía. Quizá sin proponérselo, abordó el marxismo con una mirada estructuralista y contribuyó a difundirlo dentro y fuera del ámbito académico. Sobre su forma de practicar la filosofía ha dicho Emilio de Ípola, uno de sus lectores más agudos, que 'estaba afectada por una suerte de necesaria inconclusión: cada punto de llegada se convertía de inmediato en un nuevo punto de partida, en un nuevo comienzo'. Entre sus discípulos, algunos de ellos con una veta crítica, se cuentan pensadores como Étienne Balibar -con quien escribió Para leer 'El capital'-, Alain Badiou y Jacques Rancière. Su amplio prestigio en Europa y América Latina habría de eclipsarse primero en un atroz episodio familiar, por el asesinato de su esposa, la socióloga Hélène Rytmann, a quien estranguló en 1980, y luego por la caída del Muro de Berlín a finales de esa década. La publicación de su autobiografía y muchas de sus cartas, que mostraron sus padecimientos y quiebres internos, pareció reconciliarlo con el público y la academia. Murió en 1990. Jacques Derrida recordó durante su entierro 'aquella extraordinaria pasión que tuvo y que no le dejó ningún respiro ni le ahorró nada, con sus gestos teatrales, sus desiertos, sus grandes espacios de silencio, las retiradas vertiginosas'.
Louis Althusser nació en Argelia en 1918. Estudió en Marsella, Lyon y París, donde pasó por la Escuela Normal Superior; se doctoró tardíamente en la Universidad de Amiens, en 1975. Veinteañero, se incorporó al ejército francés y fue capturado por la Alemania nazi, que lo recluyó en un campo de prisioneros, donde se manifestaron los problemas psiquiátricos que lo atormentarían toda su vida. Estudió el pensamiento de Rousseau, Montesquieu, Maquiavelo y, sobre todo, Marx, cuya obra de juventud le pareció siempre de menor rango. Sus trabajos se ocuparon de la condición histórica del sujeto, la naturaleza de las ideologías, las tensiones entre ciencia y filosofía. Quizá sin proponérselo, abordó el marxismo con una mirada estructuralista y contribuyó a difundirlo dentro y fuera del ámbito académico. Sobre su forma de practicar la filosofía ha dicho Emilio de Ípola, uno de sus lectores más agudos, que 'estaba afectada por una suerte de necesaria inconclusión: cada punto de llegada se convertía de inmediato en un nuevo punto de partida, en un nuevo comienzo'. Entre sus discípulos, algunos de ellos con una veta crítica, se cuentan pensadores como Étienne Balibar -con quien escribió Para leer 'El capital'-, Alain Badiou y Jacques Rancière. Su amplio prestigio en Europa y América Latina habría de eclipsarse primero en un atroz episodio familiar, por el asesinato de su esposa, la socióloga Hélène Rytmann, a quien estranguló en 1980, y luego por la caída del Muro de Berlín a finales de esa década. La publicación de su autobiografía y muchas de sus cartas, que mostraron sus padecimientos y quiebres internos, pareció reconciliarlo con el público y la academia. Murió en 1990. Jacques Derrida recordó durante su entierro 'aquella extraordinaria pasión que tuvo y que no le dejó ningún respiro ni le ahorró nada, con sus gestos teatrales, sus desiertos, sus grandes espacios de silencio, las retiradas vertiginosas'.