La simplicidad voluntaria en 130 consejos prácticos

Esta obra os invita a elegir voluntariamente un modo de vida sencillo. La actual recesión económica nos obliga a realizar sustanciales economías, pero ¿por qué no, en vez de padecer esta coyuntura, optamos por elegir deliberadamente un nuevo concepto de vida, el de la simplicidad voluntaria? No se trata de apretarse el cinturón, sino de una forma de hacer totalmente distinta, orientada hacia un nuevo arte de vivir que privilegia el ser al estar, el ser al parecer y la frugalidad al despilfarro. Al liberarnos de las sirenas del consumo excesivo, todos podemos acceder de manera natural a una mayor libertad, a una mayor felicidad y armonía y a una real conciencia ecológica en la vida diaria. Los decrecentistas que han adoptado la vía de la frugalidad encontrarán aquí una guía decididamente práctica. Philippe Lahille aborda aquí temas tan variados como el hiperconsumo, la publicidad, los intercambios, la ayuda mutua, el dinero, los medios de comunicación, la cultura, la ecología, las vacaciones, la vivienda, la familia o la salud... y propone más de 130 consejos prácticos que podrán cambiar radicalmente nuestra vida y darle más sentido. El objetivo no es aplicarlos todos, sino elegir aquellos que nos convienen y planificar su ejecución (con la ayuda de un calendario al final de la obra). Cada cambio será vivido entonces como una oportunidad de desarrollo y no como una súbita obligación. Elegiremos así nuestros propios valores, aquellos que se convertirán seguramente en los nuevos modelos para las generaciones futuras. Esta obra es una invitación concreta a elegir la vía de la frugalidad, que será sin duda la del hombre del mañana, y de la que estamos invitados a ser los primeros actores.

Philippe Lahille nació en el sudeste francés, en la región de Toulouse. Inició su carrera profesional en el mundo del libro hasta ser hoy en día el responsable de un grupo editorial. Su encuentro en Montreal en el año 2004 con Serge Mongeau, una de las principales figuras del movimiento de la Simplicidad Voluntaria, dio origen a la difusión de sus obras en Francia. Habiendo crecido en el campo, la simplicidad voluntaria fue siempre para él (como ya lo había sido para sus padres) una filosofía de vida y un valor aplicado a la vida diaria. Como no es un nostálgico ni va a la búsqueda de un modo de vida autárquico, está convencido de que, en nuestra sociedad de despilfarro y de hiperconsumo, los 'decrecentistas' tienen por delante un largo recorrido.