La sociedad de la desmesura

La felicidad ha derivado en un dilema casi irresoluble y el afán por conseguirla supone un verdadero obstáculo para una vida buena. «La gente que solo busca el provecho material, arriesga su vida a la ligera. ¿No es esto un error de nuestra generación?», se preguntaba Chuang-Tzu nada menos que a mediados del siglo IV a. C. Han pasado más de dos mil años. En la actualidad, el conocimiento científico y el progreso tecnológico han puesto a nuestro alcance infinitas oportunidades, sobreabundante información e innumerables objetos de consumo. Sin embargo, la insatisfacción, el desasosiego, la aceleración y el cansancio acampan por doquier. Disfrutar del momento, estar plenamente en el presente se ha convertido en una aspiración cuasi heroica. Tan es así que cada vez más aparecen en el «mercado emocional» terapias variopintas y ofertas prodigiosas encaminadas a paliar este malestar. Frente al mandato «sed felices» que proclama nuestra sociedad del exceso, tal vez lo más sensato sea intentar vivir bien y de la forma más dichosa posible. De la mano de Aristóteles, Séneca, Horacio, Montaigne, Voltaire y también de escritores contemporáneos, Rubén D. Gualtero reflexiona aquí sobre el sentido que le damos a nuestra temporalidad, la relación con nosotros mismos, los demás, la naturaleza, las cosas y hasta Dios, para reformular una ética de la alegría y la mesura que nos ayude a lograr una existencia más plena.

Rubén D. Gualtero (Espinal, Colombia, 1951) es licenciado en Geografía e Historia (Universidad de Barcelona). Durante más de una década fue redactor jefe de la Revista de Psicopatología y Salud Mental del niño y del adolescente. Ha realizado diversos trabajos sobre sanidad y, también, ha escrito varios artículos sobre adolescencia y salud mental. Junto con Asunción Soriano son autores del libro El adolescente cautivo (Gedisa, 2013) y en 2015 publicó en solitario la novela El chico del Partenón (Editorial Carena), una obra con marcado acento autobiográfico. En los últimos años vive entre Cataluña y Colombia, país este último donde participa en proyectos y programas de prevención en salud mental infantil y juvenil.