Marcos Antilla. Relatos de cañaveral

Marcos Antilla. Relatos de cañaveral, del narrador manzanillero Luis Felipe Rodríguez, fue publicado en 1932 por la Editorial Hermes, de La Habana. La obra dedicada a Conrado W. Massaguer está precedida de un prólogo de Juan Marinello y narra las historias que Marcos Antilla narra a cortadores de caña, clientes de la bodega de Exuperancio Martínez y entenados de la negra Paula Celestina y que tienen por escenario a Hormiga Loca y su periferia. En Marcos Antilla, Luis Felipe Rodríguez nos entrega una imagen cubanísima de Hormiga Loca, con sus hijos parleros y resignados -jamaiquinos, portorriqueños, haitianos, dominicanos y cubanos; atentos y obedientes a la mirada rubia de Mr. Norton. Este libro continúa un viejo y ahincado empeño de cubanidad.

Luis Felipe Rodríguez (Manzanillo, 30/6/1884 - La Habana, (5 /8/1947). Colaboró desde muy joven en los periódicos locales El Porvenir y en las revistas Alma Joven, Orto, El Fígaro, Carteles, Letras, Social y Bohemia. Es el más notable prosista de los miembros del Grupo Literario de Manzanillo. Su primer libro La ilusión de la vida se editó en 1912. En 1930 obtuvo el Primer Premio de cuentos cubanos en el concurso auspiciado por la Revista de La Habana con la obra 'La guardarraya'; y en 1937 el Premio a la Mejor Novela con Ciénaga. Considerado, sobre todo por sus relatos, como uno de los precursores del criollismo en las letras hispanoamericanas, pasa también por ser el primer cuentista de la literatura cubana contemporánea. Publicó La ilusión de la vida (1912), La pascua de la tierra natal (1923), Poemas del corazón amoroso (1924), Como opinaba Damián Paredes (1916), La conjura de la Ciénaga (1924), Ciénaga (1937) y Marcos Antilla. Relatos de cañaveral (1937). En el teatro incursionó con: Contra la corriente, La comedia del matrimonio y Turbonada. También escribió ensayos y artículos. Muere solo y olvidado en la cama renqueante de un hospital, en La Habana.