Noches de cine - Estreno de Cinecatástrofe
Autor: | Ernesto Thomas |
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EAN: | 9788468571850 |
eBook Format: | ePUB |
Sprache: | metaCatalog.groups.language.options.español |
Produktart: | eBook |
Veröffentlichungsdatum: | 25.10.2022 |
Kategorie: | |
Schlagworte: | Novela corta cinecatástrofe |
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En 2111, los europeos habían construido una gigantesca presa que iba desde Gibraltar al norte de África.De esta manera, se consiguió desecar el mar Mediterráneo, que pasó a llamarse Valle del Nuevo Mediterráneo.
En este inmenso valle prodigaba la agricultura y las industrias, y vivían millones de personas. Sin embargo, un técnico sismógrafo, se dio cuenta de que en pocas semanas habría un gigantesco terremoto en la zona de Gibraltar que iba a destrozar la enorme presa y a inundar el Valle del Nuevo Mediterráneo.
Este sismógrafo, alcohólico y atormentado por un error profesional en la construcción de un edificio en Japón, que lo llevó al descrédito, intenta por todos los medios de convencer a las autoridades de la Provincia Europea para que se comience a evacuar a los 180 millones de habitantes del Valle del Nuevo Mediterráneo, en un plazo de dos semanas.
Este relato es sin duda singular dentro del género de cinecatástrofe debido a que enfatiza la subjetividad del personaje.
Mi nombre es Ernesto, Thomas González. Nací el 22 de abril de 1968, en la ciudad de Montevideo, Uruguay. Mi padre, Charles Thomas Peña, fue capitán de barcos mercantes, y mi madre, Milda Rosalía Loitey, fue docente de escuela primaria. Yo soy el mayor de tres hermanos, de mi hermana Marina, nacida en 1969, y de mi hermano Martín, nacido en 1972. Durante mi infancia, debido a las ausencias de mis padres, ocasionadas por sus profesiones (los viajes marítimos de mi padre duraban meses, incluso hasta un año), y por el hecho de que mi madre trabajaba un doble horario en la escuela primaria, yo, al igual que mis hermanos, fuimos educados por criadas que nos preparaban las comidas y nos higienizaban.. Debido a las ausencias de nuestros padres, tanto yo como mis hermanos, fuimos inscriptos en clubes deportivos, para hacer gimnasia y natación, a causa de las ausencias paterna y materna en nuestro hogar. Yo no solo tuve en mi niñez un padre ausente por asuntos laborales, sino que mi madre, debido a una actitud machista y antifemenina, , ella sintió que, si ella no trabajaba, y no tenía un título, y no aportaba dinero al hogar, ella se sentía inferior como persona y como mujer. Pero mi padre, como capitán de enormes buques mercantes, ganaba decenas de miles de dólares por mes- ¿Qué necesidad tenía mi madre de trabajar en la escuela? Y mi madre, movida por aspiraciones machistas, nos relegó, a mí y a mis hermanos al cuidado de terceras personas o enviándonos a clubes deportivos, mientras ella se dedicó a trabajar en la escuela como docente, y no solo en el horario normal, sino que mi madre eligió nada menos que trabajar en un doble horario, porque ella tenía grandes pretensiones de convertirse en la directora de la escuela. En total, mi madre trabajaba diez horas por día de lunes a viernes. Para mi madre, según su mentalidad machista, dedicarse a criar a sus tres hijos pequeños, mientras su esposo aportaba el dinero a la casa, equivalía para ella ser inferior, como mujer y como ser humano.
Mi nombre es Ernesto, Thomas González. Nací el 22 de abril de 1968, en la ciudad de Montevideo, Uruguay. Mi padre, Charles Thomas Peña, fue capitán de barcos mercantes, y mi madre, Milda Rosalía Loitey, fue docente de escuela primaria. Yo soy el mayor de tres hermanos, de mi hermana Marina, nacida en 1969, y de mi hermano Martín, nacido en 1972. Durante mi infancia, debido a las ausencias de mis padres, ocasionadas por sus profesiones (los viajes marítimos de mi padre duraban meses, incluso hasta un año), y por el hecho de que mi madre trabajaba un doble horario en la escuela primaria, yo, al igual que mis hermanos, fuimos educados por criadas que nos preparaban las comidas y nos higienizaban.. Debido a las ausencias de nuestros padres, tanto yo como mis hermanos, fuimos inscriptos en clubes deportivos, para hacer gimnasia y natación, a causa de las ausencias paterna y materna en nuestro hogar. Yo no solo tuve en mi niñez un padre ausente por asuntos laborales, sino que mi madre, debido a una actitud machista y antifemenina, , ella sintió que, si ella no trabajaba, y no tenía un título, y no aportaba dinero al hogar, ella se sentía inferior como persona y como mujer. Pero mi padre, como capitán de enormes buques mercantes, ganaba decenas de miles de dólares por mes- ¿Qué necesidad tenía mi madre de trabajar en la escuela? Y mi madre, movida por aspiraciones machistas, nos relegó, a mí y a mis hermanos al cuidado de terceras personas o enviándonos a clubes deportivos, mientras ella se dedicó a trabajar en la escuela como docente, y no solo en el horario normal, sino que mi madre eligió nada menos que trabajar en un doble horario, porque ella tenía grandes pretensiones de convertirse en la directora de la escuela. En total, mi madre trabajaba diez horas por día de lunes a viernes. Para mi madre, según su mentalidad machista, dedicarse a criar a sus tres hijos pequeños, mientras su esposo aportaba el dinero a la casa, equivalía para ella ser inferior, como mujer y como ser humano.