Papá, me compras un mar

Tierra poblándose con las mil criaturas que iluminó la magia y ahora desbordan los límites de la fantasía para vivir en la cálida geografía del cariño. Palabra bondadosa, asombrada, leve como un ala que cuida el sueño y lo revela con las galas de la belleza más sencilla y más profunda, esa que entre juegos y verdades asiste al crecimiento