Pensando el pensamiento
Autor: | Dietmar Dressel |
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EAN: | 9783754309704 |
eBook Format: | ePUB |
Sprache: | metaCatalog.groups.language.options.español |
Produktart: | eBook |
Veröffentlichungsdatum: | 04.06.2021 |
Untertitel: | Bilingüe en alemán y español |
Kategorie: | |
Schlagworte: | Das Bewusstsein Das Gehirn Denken nach dem körperlichen Tod Denken und Gefühle Träume |
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Pensar los pensamientos es básicamente un proceso de procedimiento enérgico. Una vez completamente separado de lo que podría haberlo desencadenado o lo ha desencadenado. Sin embargo, desde la comprensión científica de partes de la humanidad, el cerebro humano sería su centro de pensamiento. Indiscutiblemente, se compone de alrededor del sesenta por ciento de grasa cerebral y cuarenta por ciento de proteínas. Siguiendo este análisis, ¿significa esto que para pensar los pensamientos y todos los procesos mentales relacionados deben desarrollarse, organizarse y almacenarse energéticamente a partir de esta masa biológica? ¡Respeto! Hay otras justificaciones para pensar los pensamientos. Al menos según lo entiendo a usted como autor de esta novela.
Llega el momento en que la edad de 65 años está finalmente al alcance de la jubilación, piensa con alivio. ¡Hasta aquí todo bien! No pasa mucho tiempo antes de que celebre su 66 cumpleaños con su familia y se dé cuenta con creciente impaciencia de que un día así, con sus 24 horas, puede ser bastante largo. La familia, los nietos, holgazanear, viajar y la experimentación botánica ocasional mientras se hace la jardinería ya no son suficientes para darle al día una cara interesante, ¿qué hacer? No puede evitar esta pregunta si no quiere quedarse dormido en el sofá y frente al televisor por el resto de su vida. Por qué, me pregunté, repensar los muchos pensamientos e ideas que se han acumulado a lo largo de la vida y, si es posible, procesarlos por escrito. Tan pronto como se han pensado esos pensamientos, se desarrolla la iniciativa necesaria, se necesita un curso de literatura, la cabeza piensa sin pensar en el cuerpo, ya tiene 66 años. Fueron estos tres años de estudio los que me demostraron que la escritura creativa no tiene por qué ser un oscuro secreto si intentas revelarlo. Y algo más me ayudó mucho a abordar con seriedad la escritura, la escucha espiritual de uno mismo para buscar conversaciones con la conciencia y su voz interior. Muchos de mis amigos y lectores me preguntan, ¿cómo logras escribir tantos libros en tan poco tiempo? Para ser honesto, ni siquiera puedo responder a esta pregunta aparentemente simple. Creo que es mi voz interior la que quiere discutir conmigo todo el tiempo. Y así los pensamientos fluyen, como guiados por magia, casi por sí mismos en el teclado de mi computadora.
Llega el momento en que la edad de 65 años está finalmente al alcance de la jubilación, piensa con alivio. ¡Hasta aquí todo bien! No pasa mucho tiempo antes de que celebre su 66 cumpleaños con su familia y se dé cuenta con creciente impaciencia de que un día así, con sus 24 horas, puede ser bastante largo. La familia, los nietos, holgazanear, viajar y la experimentación botánica ocasional mientras se hace la jardinería ya no son suficientes para darle al día una cara interesante, ¿qué hacer? No puede evitar esta pregunta si no quiere quedarse dormido en el sofá y frente al televisor por el resto de su vida. Por qué, me pregunté, repensar los muchos pensamientos e ideas que se han acumulado a lo largo de la vida y, si es posible, procesarlos por escrito. Tan pronto como se han pensado esos pensamientos, se desarrolla la iniciativa necesaria, se necesita un curso de literatura, la cabeza piensa sin pensar en el cuerpo, ya tiene 66 años. Fueron estos tres años de estudio los que me demostraron que la escritura creativa no tiene por qué ser un oscuro secreto si intentas revelarlo. Y algo más me ayudó mucho a abordar con seriedad la escritura, la escucha espiritual de uno mismo para buscar conversaciones con la conciencia y su voz interior. Muchos de mis amigos y lectores me preguntan, ¿cómo logras escribir tantos libros en tan poco tiempo? Para ser honesto, ni siquiera puedo responder a esta pregunta aparentemente simple. Creo que es mi voz interior la que quiere discutir conmigo todo el tiempo. Y así los pensamientos fluyen, como guiados por magia, casi por sí mismos en el teclado de mi computadora.