Polimnia: Poemas

COMENTARIO. Larguitoo ...me quede con ganas de más... Que cuesta un poquito entender ...para nada Armando, has recreado también tu relación con tu musa que creaste el mejor de los poemas que se le podía dedicar, con el amor de tenerla en ti y gozarla, con el respeto con el cual tratamos a lo superior, con la ilusión y ternura que hace pintar chiribitas de loco enamorado sobre sabanas de blanco papel Armando...., con la rabia contenida estrellada en ese lienzo cuando la impotencia ante la barbarie del ser humano llegaba a oscurecer tu mente y arañar tu corazón y el odio te hacia repudiarla cuando como aquel amante celoso la buscabas cuando a tu casa no regresaba y la encontrabas en brazos de otro... Maravilla... y tú lo sabes, tienes una forma de tratar el verso, de masticar las palabras que se sale de todo lo mediocre por su gran originalidad y ese tique divino (porque eso no lo puedes negar y al cesar lo que es del cesar).... Gracias de corazón por compartir conmigo a Polimnia....Gracias de nuevo, besos... María Ángeles de Acosta. COMENTARIO. Tal vez, no todos entendamos bien lo que es la musa del poeta.... aquélla que lo inspira en lo sutil, en lo sublime, tímida o transgresora... presente en todas las áreas de la vida... esa musa es POLIMNIA...!! María Ángeles resume magistralmente ese nexo entre el poeta y su musa....!! Felicidades, querido Armando Blanco... por esa sensibilidad para quien te ha acompañado toda la vida y trascenderá tu existencia.... Bendiciones...!! POLIMNIA está en todos lados... pero no todos la ven... Ella te eligió... y se entregó a ti... con todas las veleidades y cualidades del Amor... imposible en ocasiones, apasionado a veces, indiferente otras, un salto al vacío, celoso, bello, tormentoso, infinito... o un suspiro en la eternidad...!! .... Gracias por ese poema a Polimnia.... muy merecido. Maggie Duran Polimnia. (Mi poesía) Te sorprende verme agotado, muriendo de tristeza. ¿Recuerdas cuando quisimos doblegar al mundo con nuestras pueriles necedades? Creo que has de recordar. Éramos fuertes. O por lo menos; lo creímos.