En el contexto médico las emociones, como el miedo, la ansiedad, el enojo y la tristeza, pueden volver a una persona incapaz de colaborar con el personal de salud e incluso perjudicar activamente su tratamiento, así como favorecen la falta de adherencia terapéutica, el aumento del consumo de analgésicos, la negación y la interferencia con la adquisición de información relevante sobre los procedimientos quirúrgicos que el paciente experimentará, lo que a su vez conducirá a un pobre cumplimiento de la rehabilitación posoperatoria y, por ende, desconfianza en el profesional de la salud. Cuando un paciente sabe que será intervenido quirúrgicamente uno de los principales miedos es a la anestesia, pues muchos de ellos tal vez no tengan antecedentes quirúrgicos y otros tantos que ya los hayan tenido quizá vivieron una mala experiencia; por ello, una de las emociones más estudiadas ha sido la ansiedad, que conduce a un escaso ajuste posoperatorio y en muchas ocasiones provoca que el paciente viva la experiencia como traumática. Es por ello que al considerar la valoración de la ansiedad y los miedos preoperatorios se está teniendo un parámetro importante en la calidad de los cuidados anestésicos. Otra situación no menos importante es la relación del anestesiólogo con su paciente, es decir, sus habilidades para establecer un vínculo sano que le permita una relación de respeto y confianza, siendo más cálido y amable (empatía). Se hace hincapié en la visita preanestésica (con el tiempo que el paciente necesite para expresar sus dudas o temores) para escuchar y explicar en qué consistirá el trabajo que se realizará en el paciente, lo cual colocará al anestesiólogo como una persona interesada en otra persona, además de disminuir la ansiedad y el miedo.

Raúl Carrillo Esper. Academia Nacional de Medicina. Academia Mexicana de Cirugía. Profesor Titular de Posgrado de Medicina del Enfermo en Estado Crítico. Ex presidente del Colegio Mexicano de Anestesiología. Ex presidente de la Asociación Mexicana de Medicina Crítica y Terapia Intensiva. Jefe de la UTI, Fundación Clínica Médica Sur. Gabriel E. Mejía Terrazas. Médico Anestesiólogo. Posgrado en Algología y Anestesia Regional. Profesor Asociado del Pos- grado de Alta Especialidad en Medicina en Anestesia Regional, UNAM. Miembro de la Sociedad Española del Dolor. Jefe de Clínica del Dolor del Instituto Nacional de Rehabilitación. Adscrito a la Clínica del Dolor del Hospital Ángeles México. Adriana Carapia Sadurni. Psicóloga. Maestría en Medicina Conductual, UNAM. Diplomado en Tanatología y su aplicación a la práctica clínica, Tech Palewi. Diplomado en Psicodiagnóstico, su empleo en el área clínica pedagógica y laboral. CENESPE. Diplomado del Estrés aplicado a los trastornos de salud, UNAM. Adscrita al Servicio de Intervención Psicológica Hospitalaria (HIP), Hospital Ángeles del Pedregal. María Loris Nacif Gobera. Psicóloga. Máster en Metodología de Ciencias del Comportamiento y de la Salud, Universidad Complutense y Universidad Autónoma de Madrid. Máster en Psicooncología, Universidad Complutense de Madrid. Certificada como Child Life Specialist. Directora General de Intervención Psicológica Hospitalaria (HIP), Hospital Ángeles del Pedregal.