La siempre admirable condición humana

Gabriel es un economista devenido en conserje al borde de la treintena. Alejado de su familia, sin amigos, sin ambiciones y sin ilusiones empieza a plantearse si no sería moralmente lícito el asesinato, ¿acaso no lo merecemos? Convertido en un cadáver nada más empezar a vivir, se despereza sorprendido por la lucidez y viveza de Cristina, una mujer adulta con poco más de veinte años. ¿Abandonará ahora Gabriel la guerra que ha declarado a la humanidad o su vida seguirá su oscuro curso?

Javier Luis Peral nace en Madrid en 1966. Finalizando primaria descubre en el colegio la literatura gracias a Miguel Delibes y al enigmático Antonio Buero Vallejo. Tiempo después, a los veinticinco años, por curiosidad y quizá influenciado por las saturadas librerías de su casa, repletas de volúmenes que nadie ojea, comienza a leer, y lo hace compulsivamente. En el umbral de la treintena escribe dos brevísimos relatos cortos, terapia frente a la decepción. Más adelante, de casualidad, los encuentra, los lee y se deshace de ellos; le resultan ingenuos, juveniles. Los siguientes veinte años lee -cada vez menos - y relee -cada vez más- pero no escribe ni una línea. En paralelo, la vida de este economista sigue su curso: trabaja en una pequeña empresa y como operador de bolsa en Madrid y, tras una década en Sudamérica, aterriza, ya al final de la juventud, en su ciudad natal. Es entonces cuando, ocioso por unos meses, se sienta a escribir.